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martes, 19 de septiembre de 2017

Crema de cereales integrales

Desayunar con cereales integrales de grano entero es una de las mejores opciones para generar energía estable durante todo el día. 



Desde pequeños nos han acostumbrado a los sabores de los cereales envasados, los chocolates instantáneos, la bollería ...etc  y el cambio hacia un desayuno saludable puede costar más de lo que nos pensamos, pero no te puedes ni imaginar lo bien que sienta desayunar una crema de arroz como esta, la paz, la calma y el sosiego que proporciona …y sobretodo la energía que nos aporta ya que no vas a tener hambre en toda la mañana y no vas a tener el bajón a mitad mañana o si lo tienes, será mucho más tarde que de costumbre, a continuación te doy motivos para que intentes desayunar casi todos los días de la semana esta crema:

- Los cereales integrales contienen glucosa de mejor calidad. De la glucosa es de lo que se alimentan las células de nuestro cuerpo, es su energía y el arroz integral, el mijo, la cebada, la avena, el trigo sarraceno, el maíz y la quinoa, o sea, los cereales integrales,  nos aportan glucosa de calidad de forma estable sin provocar subidas y bajadas repentinas de glucosa en sangre.
- Porque el grano completo es mejor que los copos y las harinas. El grano contiene toda la energía y vida necesaria para crear una nueva planta, mientras que los copos y las harinas ya han sido procesados de alguna manera, por lo que su energía es diferente. Además los copos de cereales, harinas y el muesli aportan una consistencia pegajosa produciendo, a largo plazo, mucosidades.
- Evitas el picoteo por la mañana. Prácticamente no tienes hambre durante la mañana y puedes aguantar hasta la hora de comer.

Y lo mejor es que puedes comerla dulce o salada, lo que más te apetezca en función de como te sientas y lo que necesites: puedes añadir unas pasas, dátiles, compota de manzana, sirope de arroz con un poco de canela y ralladura de limón o puedes acompañarla con semillas de sésamo, pipas de calabaza o girasol, un poco de shoyu o tamari.... 

Normalmente en estaciones frías hago esta crema tal cual la receta, solamente de arroz integral pero en temporadas templadas, primavera u otoño, la hago con arroz integral y mijo mezclado en proporción 3:1 (3/4 partes del vaso arroz integral, 1/4 parte del vaso mijo) o solamente de mijo.

Vamos a la receta.

Ingredientes: Para 4 raciones

1 taza de arroz integral
7 tazas de agua 
una pizca de sal marina sin refinar
la cobertura que elijas, dulce o salado

Elaboración:

Disponemos el arroz integral en un bol y lo lavamos bien con agua del grifo removiendolo con las manos. Repetimos este proceso unas 3 veces hasta que el agua salga totalmente clara. Escurrimos bien el arroz y lo dejamos a remojo en agua durante al menos 6 horas. 
Pasado el tiempo de remojo lo escurrimos bien lo ponemos en una olla junto con las 7 tazas de agua y llevamos a ebullición. Añadimos un poco de sal, y cuando lleve hirviendo cinco minutos tapamos la olla, bajamos el fuego al mínimo y cocemos a fuego muy lento (si es necesario utiliza un difusor de fuego) entre 1 hora y media y 2 horas removiendo de vez en cuando. Pasado este tiempo, apagamos el fuego y ya estaría listo.
Una vez enfriado puedes guardarlo en el frigorífico 4-5 días en un recipiente hermético de vidrio.
Cuando vayas a consumirla verás que está un poco apelmazada por lo que te recomiendo que la calientes con un poco de agua o de bebida vegetal (de avena, de almendra ...) antes de servirla en un bol. Y tal solo te faltará añadir la cobertura que desees: un poco de sirope de arroz, frutos secos tostados …etc
Hoy la hemos tomado con pasas, nueces, coco rallado y un poco se sésamo negro. Atrévete a probarla, seguro que repites!.


"Saber comer es saber vivir"- Confucio



miércoles, 24 de mayo de 2017

Crema de zanahorias


En casa siempre las hemos comido incluso como fruta o postre, y con el buen tiempo empezamos a tomarla en licuados para desayunar o merendar.
Esta hortaliza dulce de la que se suele decir que ayuda a broncear la piel y que es buena para la vista, tiene otros muchos beneficios para el organismo que la gran mayoría desconocemos.

Al vapor, hervida, cruda, cocida, licuada o simplemente fresca y a bocados, la zanahoria forma parte del grupo de alimentos con “efectos prometedores” en la prevención de algunos tipos de cáncer.
Se trata de una de las hortalizas más producidas en el mundo. Asia es la mayor productora seguida por Europa y EE UU. 

El consumo habitual de esta hortaliza aporta una importante cantidad de vitaminas (A, B, C y E), minerales y compuestos antioxidantes y su valor calórico es muy bajo.

Destacamos estos principales beneficios del consumo de zanahorias:

- Los aromas de la zanahoria estimulan el apetito.

- Comerla cruda fortalece los dientes y las encías. Ingerir verduras crudas como la zanahoria mejora el riego sanguíneo bucal y evita que las bacterias se adhieran a los dientes. Además, el flúor, presente en alimentos como las zanahorias o manzanas, es un mineral fundamental para mantener en buen estado el esmalte dental y evita la aparición de caries.

- Ayuda a combatir el estreñimiento y el dolor de estómago por intoxicación. Gracias a su alto contenido en fibra previene el estreñimiento. Además, calma las molestias gástricas y el exceso de acidez debido a sales minerales como el sodio, cloro, potasio y vitaminas del complejo B. Por ello, es un alimento muy recomendable si se padece gastritis.

- Por su elevado contenido en agua, es diurética y ayuda a la desintegración de los cálculos renales.

- Rica en potasio y fósforo, es un excelente vigorizante para mentes cansadas y restauradora de nervios.

- Fortalece las uñas y el cabello, al que aporta brillo. Las células madre de la zanahoria son ricas en betacaroteno, también llamado provitamina A, que en el organismo se transforma en retinol o Vitamina A. Estos compuestos reparan las células dañadas por los efectos ambientales, y así fortalecen y revitalizan las uñas y el pelo. 

- Mejora la calidad de la leche materna. 

Y además de todo eso, la zanahoria también es buena para la vista. Los betacarotenos son unos poderosos protectores que evitan el envejecimiento prematuro, protegerán nuestra retina y evitarán la aparición de cataratas. La ingesta diaria de zanahoria está especialmente recomendada en casos de pérdida de la agudeza visual.

... y si además la consumimos ecológica MEJOR!!
 

Ingredientes:

6 zanahorias grandes
1 cebolla mediana
1 diente de ajo
1/2 cucharadita de jengibre en polvo
1/4 cucharadita de cúrcuma
1 pizca de clavo molido
1 pizca de canela en polvo
Caldo de verduras o agua en su defecto
Aceite de oliva
Sal y pimienta
2 cucharadas soperas de sésamo crudo

Elaboración:

Primero lavamos y pelamos las zanahorias (si son ecológicas solamente se lavan bien para eliminar los restos de tierra) y las cortamos a rodajas finas. Podemos dejarlo a trozos más grandes, pero tardará más en cocer.

Picamos la cebolla y el ajo finito y los sofreímos en aceite de oliva. Cuando tome color, añadimos las especias: el jengibre, la cúrcuma, el clavo y la canela. Dejamos un minuto removiendo bien para que se mezclen los sabores. 

Continuamos con las zanahorias, las añadimos y las dejamos un par de minutos, dando vueltas para que no se peguen.

Seguimos con el caldo de verduras o agua (en su defecto) y dejamos cocer durante 20 minutos. Rectificamos de sal en caso necesario en función de la cantidad de especias que hayamos puesto.
Para acompañar la crema he preparado un topping de sésamo crudo tostado, muy sencillo ya que tan solo tenemos que lavarlo, secarlo un poco y tostarlo en una sartén hasta que chisporrotee y suelte un delicioso aroma.


Trituramos la crema, hasta que tenga la textura que nos guste y servimos con el sésamo por encima y un poquito de aceite de oliva.


Yo solo le puse el sésamo, pero las peques se tostaron pipas de girasol y las añadieron también, deliciosa .....Lista para tomar! 



“Tu visión solo se volverá clara, cuando puedas mirar en tu propio corazón. Porque quien mira hacia fuera, duerme y quien mira hacia dentro, despierta”-Carl Jung.






jueves, 16 de febrero de 2017

Crema de zanahoria con lentejas rojas al curry

Las lentejas rojas tienen un fuerte color anaranjado y son un alimento ideal para todas aquellas personas que tienen problemas digestivos con las legumbres.

Como todas las lentejas, las rojas tienen grandes valores nutricionales, entre los cuales destacan su gran aporte de hierro, zinc, selenio, hidratos de carbono, proteínas, vitaminas B1 o tiamina, etc. Además de ser una fuente de fósforo, manganeso y ácido fólico.

Para su uso, las lentejas rojas no necesitan de remojo previo en agua, basta con lavarlas en agua fría y cocinarlas a fuego moderado de diez a 20 minutos aproximadamente, menos tiempo que las lentejas “normales”, aunque su llamativo color anaranjado, después de la cocción, se volverá amarillo pajizo y la lenteja casi acabará deshecha. 

Por esta razón, esta variedad es ideal para prepararla en cremas, purés o sopas. Suelen emplearse en hamburguesas vegetarianas, croquetas, patés o purés muy espesos con otros ingredientes, sal y aderezos, llevando especias de todo tipo que le aportan un toque sugerente y muy atractivo a nuestro paladar.

Para emplatar esta crema, hemos decorado el plato con germinados caseros de lentejas. Ya dedicaré una entrada para contaros como hacer los germinados en casa, es muy sencillo, pero ahora te comento cosas sobre los germinados, para que te hagas una idea de sus propiedades.

Los germinados son el alimento "vivo" más antiguo. Comer semillas germinadas es comer vida, es incorporar auténtica energía vital concentrada a todas las células del cuerpo, favorecen la salud y alargan la vida. Los germinados son un regalo de la naturaleza que podemos cultivar nosotros mismos, son alimentos vivos y esto aumenta su valor nutricional que se mantiene intacto hasta el momento en que se come. 
Su riqueza en enzimas, clorofila, aminoácidos, minerales, vitaminas y oligoelementos vivos los convierte en alimentos completos que contribuyen a corregir las carencias de la alimentación moderna.

Los brotes son un alimento predigerido, por lo tanto ayudan a su propia digestión, adecuado para estómagos delicados y permiten al organismo que descanse y se regenere.
Se pueden cultivar y conservar fácilmente en casa, por lo tanto son muy económicos, además de tener la seguridad de consumir un producto que no ha sido adulterado ni rociado con insecticidas o fertilizantes químicos, se puede disponer en cualquier época del año con la garantía de que sus nutrientes son de alta calidad biológica pues de lo contrario la semilla no germinaría. 

El brote entero puede comerse, incluyendo las raíces y hojas. Son sencillos de preparar, mejor consumirlos crudos, porque la cocción destruye gran parte de su contenido nutricional. Se comen crudos en ensalada, salteados, en tortillas o formando parte de diversos platos cocinados, en estos se recomienda añadirlos al final para que no pierdan sus propiedades.

En este caso hemos germinado lentejas pardas, así las lentejas son más nutritivas, contienen vitaminas del grupo B, Zinc y Selenio. Además están cargadas de enzimas que favorecen la digestión. Ayudan en casos de anemia y para las personas que se les inflama el abdomen al comer legumbres.

Ingredientes (para 2 raciones):
3 Zanahorias
100 gr de lentejas rojas
1 cebolla
1 lata de agua de coco o leche de coco
Caldo verdura casero o agua
1 cucharadita colmada de c
urry 
1/2 cucharadita de semillas de hinojo
germinados de lentejas
Aceite de oliva ppf
Sal marina

Elaboración:

Pelamos y picamos la cebolla y las zanahorias en trozos pequeños. Ponemos a calentar la cucharada de aceite en una olla alta, donde coceremos todo, y pochamos a fuego medio las dos verduras con una pizca de sal marina y las semillas de hinojo hasta que las verduras estén tiernas.

Añadimos las lentejas rojas después de haberlas lavado solamente, ya que no requieren de remojo previo, el agua de coco, caldo de verduras (o agua) hasta cubrir un dedo por encima del contenido y el curry. Subimos el fuego hasta que hierva, entonces lo bajamos a potencia mínima y dejamos cocer 20 minutos.

Pasado este tiempo, lo trituramos. Para tener la textura ideal, no verter todo el caldo de cocción al mismo tiempo, triturar con poco líquido y una vez bien triturado añadir caldo hasta conseguir la textura deseada.

A la hora de servir, añadir los germinados a modo de decoración del plato, y lo tenemos listo para disfrutar. Que aproveche!!




"Mi destino ya no es un lugar. Sino una nueva forma de ver".- Marcel Proust



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lunes, 28 de noviembre de 2016

Crema de lentejas rojas

Esta crema de lentejas rojas lleva varios ingredientes cargados de propiedades y beneficios, como el brócoli, la cúrcuma, el jengibre o el ajo.
Este puré sienta muy bien los días de frío y nos sentará mejor todavía si tenemos mucha mucosidad.
Las lentejas rojas (también llamadas turcas) tienen un fuerte color anaranjado y son un alimento ideal para todas aquellas personas que tienen problemas digestivos con las legumbres.
Como todas las lentejas, las lentejas rojas tienen grandes valores nutricionales, entre los cuales destacan su gran aporte de hierro, zinc, selenio, hidratos de carbono, proteínas, vitaminas B1 o tiamina, etc. Además de ser una fuente de fósforo, manganeso y ácido fólico.

Para su uso, las lentejas rojas no necesitan de remojo previo en agua, basta con lavarlas en agua fría y cocinarlas a fuego moderado de diez a 20 minutos aproximadamente, menos tiempo que las lentejas “normales”, aunque su llamativo color anaranjado, después de la cocción, se volverá amarillo pajizo y la lenteja casi acabará deshecha. 

Por esta razón, esta variedad es ideal para prepararla en cremas, purés o sopas. Son un ingrediente muy frecuente en platos de cocina asiática. Suelen emplearse en hamburguesas vegetarianas, croquetas, patés o purés muy espesos con otros ingredientes, sal y aderezos, llevando especias de todo tipo que le aportan un toque sugerente y muy atractivo a nuestro paladar.

Ingredientes:

1 diente de ajo.
1 trocito pequeño de jengibre fresco.
1 trocito pequeño de cúrcuma fresca.
1 zanahoria pequeña.
1 calabacín pequeño.
1 ramito de brócoli (más bien pequeño).
1 taza de lentejas rojas.
2 cucharadas de aceite de oliva virgen.
Sal marina.
Pimienta negra.
Agua.


Elaboración:

Ponemos las lentejas en un colador grande bajo el chorro del grifo y lavamos bien hasta que el agua resultante salga limpia. Escurrimos y apartamos de momento. 
Pelamos el jengibre y la cúrcuma y lo picamos todo junto con el ajo, lo echamos todo de golpe en una cazuela con un poco de aceite de oliva, y calentamos a fuego medio.

A continuación, lavamos, pelamos y troceamos en pequeñito (o rallamos) la zanahoria y el calabacín, y lo agregamos a la cazuela cuando la mezcla de ajo, jengibre y cúrcuma empiece a tomar un color doradito. 

Removemos bien. Lavamos y troceamos el brócoli y lo incorporamos a la cazuela cuando veamos que el calabacín empieza a ablandarse.

Salpimentamos, mezclamos y tapamos unos 3 minutos para que el brócoli esté blando.
Echamos a la cazuela las lentejas rojas y removemos bien un par de minutos para que no se peguen.
Ponemos a calentar agua en un cazo y la agregaremos a la cazuela, sin que llegue a cubrir del todo el contenido, tapamos, subimos un poco el fuego y dejamos cocer unos 20-25 minutos, vigilando de vez en cuando por si tenemos que añadir más agua por haberse consumido.
 
Tras ese tiempo de cocción veremos que las lentejas se han desecho prácticamente y el color ha cambiado. Pasamos por la batidora hasta que quede una crema fina, podemos rectificar con agua caliente si queda demasiado espesa, probamos y rectificamos también de sal, y la tenemos lista para disfrutar!!!

A nosotros nos gustan estas cremas con un poco de gomasio por encima, le da un punto delicioso.



"Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma"- Julio Cortázar.



viernes, 2 de octubre de 2015

Crema de calabaza con manzana

Esta semana hemos vuelto a cocinar calabaza, aprovechando que es la temporada y que son "de casa". En el blog tenemos alguna que otra receta con calabaza, pero nunca hemos hablado de sus propiedades, vamos a contar algo de ellas.
La calabaza es una hortaliza muy versátil que encontramos en el mercado todo el año, pero es en otoño e invierno cuando más podemos disfrutar de ella. Es un alimento muy saludable y nutritivo, es bajo en calorías y rico en vitaminas y minerales, ideal para todo tipo de dietas.

La calabaza tiene un elevadísimo contenido en agua, más del 90%, su aporte de calorías y proteínas es bajo, en cambio aporta más carbohidratos, y cuanto más dulce sea la calabaza más aún aportará. Se considera un excelente alimento por sus propiedades antioxidantes, es rica en betacarotenos (flavonoide que se considera anticancerígeno). También es rica en vitamina C (aunque queda muy lejos de las naranjas) y contiene vitaminas del grupo B, E y ácido fólico. En cuanto a minerales, destaca el calcio, el magnesio, el manganeso y el potasio.

Por su composición nutricional, la calabaza recibe el trato de alimento adecuado para todo tipo de dietas, mejora la salud del corazón y de la vista, previene el cáncer, es antiinflamatoria, diurética, previene el estreñimiento, y favorece la dieta de las personas diabéticas puesto que sus carbohidratos son de absorción lenta.

Aquí os dejamos esta receta, sencilla de hacer y deliciosa.

Ingredientes

1 cebolla
1/2 calabaza sin pepitas
1 manzana
1/2 cucharada de café de nuez moscada
1/2 cucharada de café de cúrcuma
1/2 cucharada de café de canela
sal marina
aceite de oliva de primera prensión

Elaboración

Troceamos la calabaza en cuadraditos, la cebolla en julia y la manzana en cuartos. 
Ponemos un poco de aceite en una cacerola y sofreímos primero la cebolla, con un poco de sal, hasta que suelte toda el agua, a continuación añadiremos la calabaza y a los 3 minutos la manzana. Añadimos las tres especias y mezclando bien todos los ingredientes para que se impregnen bien.
 
Cubrimos con agua, de manera que no queden totalmente sumergidos los ingredientes, que asomen un poco, ya que así aprovecharemos toda el agua para triturar, y herviremos 20 minutos a fuego medio-bajo.
 
Pasamos todo por la batidora, ajustamos de sal y el espesor a nuestro gusto y listo para comer. ¡Que aproveche!
 






"La vida es una aventura, no un viaje organizado"- Eckhart Tolle





miércoles, 22 de julio de 2015

Crema de cebolla semifría con alga dulce

Holaaaaa, que tal va el verano? seguro que genial. Una cosa que tiene esta época del año es que no es necesario hacer platos muy elaborados o cocciones muy largas. En casa priman las ensaladas de cebada, trigo sarraceno o de legumbres con verduras y hortalizas de temporada, rápidas, sencillas y muy completas.

Esta semana hemos cocinado para el blog una crema semifría de cebollas y puerros con alga dulse, alga que nos aporta mucho hierro, es rica en potasio, yodo y también vitamina C y provitamina A.

El toque especial de esta receta, además del alga, lo da el miso. El miso es una pasta vegetal que se obtiene de la fermentación de la soja con cereales o arroz, aporta un sabor ligeramente salado a la receta, es muy digestivo, alcaliniza la sangre, nutre el sistema nervioso, regenera la flora intestinal, desintoxica y lo más sorprendente es su capacidad para eliminar residuos tóxicos.
Se usa generalmente en sopas y caldos o para condimentar cereales, verduras y legumbres pero nunca se hierve, para no destruir sus encimas. 

En esta ocasión hemos utilizado Shiro miso o miso blanco  muy recomendable para épocas calurosas. Es un miso de fermentación corta y por lo tanto es el más suave de todos los misos.
Una vez hecha la crema, no hace falta refrigerarla, con hacerla un par de horas antes de comerla y dejarla que se temple, es suficiente, está deliciosa.

Ingredientes: 

3 cebollas,
2 puerros
1 cucharada de miso blanco 
1 bote de nata vegetal de avena
1 cucharada de alga dulce

Preparación:

Cortamos las cebollas en medias lunas y los puerros a rodajas. Salteamos la cebolla en una cazuela con un poquito de aceite y una pizca de sal marina durante 5 minutos, añadimos los puerros y dejamos pochar 3 minutos más. 
  
Añadimos 2 vasos de agua y cocemos durante 20 minutos. 

Antes de triturarlo, añadimos la nata vegetal y una cucharada de miso blanco, trituramos y rectificamos de agua en el caso de que no tengamos la textura deseada. 
Reservamos la crema, y mientras se templa, tostamos en una sartén el alga dulse a fuego bajo. Cuidado porque se quema enseguida
Veremos que cambia de color, quedándose más oscura, entonces la retiramos del fuego y cuando se enfríe la hacemos polvo con las manos. 

A la hora de emplatar la crema, la servimos con el alga dulse espolvoreada por encima y ya tan solo nos queda disfrutar de este plato. Buen provecho!!





"No intentes jamás curar el cuerpo, sin antes haber curado el alma"- Hipócrates