miércoles, 22 de febrero de 2017

Leche de sésamo

Hoy en día, a pesar de que la leche de vaca es una de las más consumidas mundialmente, cada vez son más las personas que optan por el consumo de leches vegetales debido a sus propiedades y a las ventajas que éstas pueden aportar para la salud. 

El consumo de leche de vaca lleva asociados una serie de inconvenientes, tales como difícil digestión, mucosidades, intolerancia a la lactosa y problemas digestivos entre otros, que pueden ser fácilmente evitados substituyendo esta leche por las leches o bebidas vegetales, no lácteas elaboradas a base de agua e ingredientes vegetales, éstas no contienen lactosa ni colesterol, la mayoría son de bajo contenido calórico, tienen un alto contenido en agua (hasta el 90%) y sus componentes son fáciles de asimilar y digerir. Además, contienen menos grasa que la leche de vaca. Su contenido en vitaminas del grupo B es notable, aunque no se encuentra vitamina B12 que se presenta casi exclusivamente en alimentos de origen animal. Tienen un considerable contenido en potasio, y la relación sodio/ potasio es muy buena.

Por todo ello, es una excelente alternativa no solo para las personas que eligen llevar una dieta sana y equilibrada y para quienes escogen seguir una dieta vegetariana, sino también para aquellos grupos de población que por circunstancias especiales no toleran alguno de los componentes presentes en las leches animales, como la lactosa o las proteínas de la leche de vaca, al igual que para personas con problemas de digestiones lentas, colon irritable, estreñimiento, diarreas…

Existen diferentes tipos de leches vegetales, dependiendo de su procedencia: 

- Las que provienen de los cereales, como el arroz, avena, espelta o cebada, las cuales se caracterizan por su alto contenido en fibra, vitaminas y minerales. 
- Las leches vegetales derivadas de los frutos secos como almendras, avellanes, sésamo o nueces. Estas son muy nutritivas y completas y son fuente de ácidos grasos de calidad y calcio. 
- Por último, las procedentes de las legumbres, como es el caso de la leche de soja.

Las semillas de sésamo se pueden conseguir integrales, blancas y de color negro. Tiene un gran contenido de vitaminas y minerales de las que sobresalen: Vitaminas del complejo B (B1, B2, B6 y B12), son fuente de omega, vitaminas A y E, calcio, fósforo, manganeso, potasio, zinc, cobre y selenio. 

La leche preparada con éstas semillas tiene beneficios en la misma proporción, además que al estar previamente remojadas y después molidas, se pueden asimilar correctamente todos sus nutrientes.
Uno de los mayores beneficios por tantos nutrientes que contienen las semillas, es el poder anticancerígeno de esta leche vegetal, inhibiendo el desarrollo de dichas células malignas.
También protege el sistema cardiovascular y regula la presión arterial por el contenido de grasas omega 3 y 6; su contenido en fibra convierte la leche de sésamo en reguladora de la función intestinal. Al ser baja en grasas saturadas, también regula el colesterol en sangre y mejora el metabolismo por su contenido en minerales como el zinc. Mejora la memoria al tener alto contenido en fósforo, por eso es ideal para personas mayores o niños y jóvenes en desarrollo. Muy buena para el desarrollo de los huesos, contribuyendo al crecimiento, así como a evitar la osteoporosis, pues contiene mucho calcio y zinc. También se recomienda tomarla para fortalecer el cabello y evitar su caída, pues contiene vitamina A, E y complejo B.

Aunque hay muchas maneras de consumir éstas semillas que resultan deliciosas y son muy utilizadas actualmente en la cocina moderna; prepararlas en leche es un de las formas más nutritivas y puras de tomarla.

Después de preparada se puede conservar tapada en el refrigerador hasta 3 días pero como cualquier alimento fresco cuanto antes se consuma, mejor.

Ingredientes:

1/2 vaso de semillas de sésamo
2 litros de agua mineral de calidad
Sirope o melaza de arroz

Elaboración:

Lavamos bien las semillas bajo el chorro de agua y las dejamos a remojo toda la noche. Escurrimos el sésamo y lo tostamos en una sartén (sin aceite) hasta que las semillas empiecen a saltar y a desprender un delicioso aroma.
Ponemos el sésamo en el vaso de la batidora y trituramos bien con una pequeña cantidad de agua para que podamos triturar bien estas semillas tan pequeñas y a continuación añadimos el resto del agua y mezclamos bien.

Colamos bien con una gasa, colador de tela o por una bolsa de hacer leches vegetales escurriendo y extrayendo todo el líquido de la pulpa. 

A la hora de consumir añadimos la melaza al gusto y si queremos la podemos aromatizar con canela o vainilla.

El líquido restante guardar en una botella de vidrio durante un máximo de tres días en la nevera.

Has probado a hacer este tipo de bebidas vegetales en casa? has notado la diferencia de sabor respecto a las compradas? con lo fácil que es .... que la disfrutes.


"La conciencia es la brújula del hombre"- Vincent Van Gogh





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