miércoles, 22 de julio de 2015

Crema de cebolla semifría con alga dulce

Holaaaaa, que tal va el verano? seguro que genial. Una cosa que tiene esta época del año es que no es necesario hacer platos muy elaborados o cocciones muy largas. En casa priman las ensaladas de cebada, trigo sarraceno o de legumbres con verduras y hortalizas de temporada, rápidas, sencillas y muy completas.

Esta semana hemos cocinado para el blog una crema semifría de cebollas y puerros con alga dulse, alga que nos aporta mucho hierro, es rica en potasio, yodo y también vitamina C y provitamina A.

El toque especial de esta receta, además del alga, lo da el miso. El miso es una pasta vegetal que se obtiene de la fermentación de la soja con cereales o arroz, aporta un sabor ligeramente salado a la receta, es muy digestivo, alcaliniza la sangre, nutre el sistema nervioso, regenera la flora intestinal, desintoxica y lo más sorprendente es su capacidad para eliminar residuos tóxicos.
Se usa generalmente en sopas y caldos o para condimentar cereales, verduras y legumbres pero nunca se hierve, para no destruir sus encimas. 

En esta ocasión hemos utilizado Shiro miso o miso blanco  muy recomendable para épocas calurosas. Es un miso de fermentación corta y por lo tanto es el más suave de todos los misos.
Una vez hecha la crema, no hace falta refrigerarla, con hacerla un par de horas antes de comerla y dejarla que se temple, es suficiente, está deliciosa.

Ingredientes: 

3 cebollas,
2 puerros
1 cucharada de miso blanco 
1 bote de nata vegetal de avena
1 cucharada de alga dulce

Preparación:

Cortamos las cebollas en medias lunas y los puerros a rodajas. Salteamos la cebolla en una cazuela con un poquito de aceite y una pizca de sal marina durante 5 minutos, añadimos los puerros y dejamos pochar 3 minutos más. 
  
Añadimos 2 vasos de agua y cocemos durante 20 minutos. 

Antes de triturarlo, añadimos la nata vegetal y una cucharada de miso blanco, trituramos y rectificamos de agua en el caso de que no tengamos la textura deseada. 
Reservamos la crema, y mientras se templa, tostamos en una sartén el alga dulse a fuego bajo. Cuidado porque se quema enseguida
Veremos que cambia de color, quedándose más oscura, entonces la retiramos del fuego y cuando se enfríe la hacemos polvo con las manos. 

A la hora de emplatar la crema, la servimos con el alga dulse espolvoreada por encima y ya tan solo nos queda disfrutar de este plato. Buen provecho!!





"No intentes jamás curar el cuerpo, sin antes haber curado el alma"- Hipócrates















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