martes, 9 de junio de 2015

Cuidado facial con arcilla.

Hola a todos, esta semana el post no va a ser de alimentación, va a ser una receta ….. pero de belleza, seguro que os gusta!. 
Con ella inauguramos el apartado de belleza y bienestar del blog … que ya era hora!!. Agradecemos la colaboración de Catalina Ortuño para la publicación de esta semana.

Aprovechamos para agradecer los 100 likes de la página de Facebook de I love me (podéis verla aquí) gracias a todos por acompañarnos y por estar ahí.

Bueno, en esta ocasión el principal ingrediente es la arcilla blanca.

Uno de los motivos por los que podemos enfermar, es por llevar una alimentación “insana” o antinatural, que por diferentes causas fatiga el organismo y produce toxinas. En estos casos, la arcilla es una herramienta muy versátil. Con ella, usándola internamente, podemos limpiar el cuerpo de todas estas impurezas, apoyándonos además en otras herramientas naturales como el ejercicio, baños de sol, masajes, meditación, hidroterapia, alimentación saludable, hierbas…. etc. 

El uso de la arcilla blanca para estos fines es poco habitual, en gran parte por desconocimiento de sus propiedades.

Es ideal para mascarillas de belleza, usándose como ingrediente en muchos productos de belleza para todo tipo de cabellos y pieles, especialmente para pieles secas, envejecidas y sensibles y como cicatrizante y antiarrugas. En uso externo, debido a su alto porcentaje del oligoelemento aluminio, ayuda a aclarar las manchas de la piel.

 

Os dejamos unos ejemplos de tratamientos más comunes con arcilla:

- Bolsas en los ojos: Las bolsas debajo de los ojos mejoran mucho, o incluso desaparecen, con aplicaciones de arcilla y un tratamiento complementario del corazón o riñones, que siempre tienen algo que ver en esto.

- Cutis graso: Tritura muy bien ½ pepino, mézclalo con ½ vaso de agua y agrega poco a poco arcilla (blanca o verde), hasta que se adquiera una consistencia pastosa, pero bien húmeda. Aplicar como mascarilla, extender sobre la piel y dejar de una a tres horas según desee que sea el tratamiento más suave o más intenso. Para quitarla utiliza agua fría o tibia y con cuidado vas humedeciendo y se irá soltando.

- Cutis seco: Mezcla arcilla blanca una vez hidratada, con aceite (de oliva, de almendras dulces, argán, o coco) y aplícala como si de una mascarilla se tratara, de igual manera que el ejemplo anterior para cutis graso.

- Limpieza profunda de cutis: Aplica emplastos de arcilla blanca o verde hidratada ligeramente (debe de quedar una pasta espesa) sobre el cutis. Retirarla con mucha suavidad y con movimientos circulares, como si se tratara de un peeling.

- Desodorante: La arcilla blanca en polvo se puede usar como desodorante, pudiéndose aplicar en pies y en axilas junto con unas gotas de aceites esenciales, como por ejemplo el de árbol de té. 

La acción curativa del barro depende de las sustancias radiactivas contenidas en las capas profundas de la tierra. No obstante existen arcillas superficiales de buena calidad siempre y cuando estén libres de agentes contaminantes, no debiéndose utilizar arcillas cercanas a lugares de cultivos con abonos químicos, pesticidas, etc.

El barro tiene la propiedad de absorber, debido a sus poros, además de desinfectar, siendo muy útil en heridas y contusiones. De gran poder curativo en llagas, heridas con pus, picaduras de avispa, etc. 

Al aplicar el barro sobre nuestra piel, penetran en el cuerpo sustancias útiles y se eliminan toxinas y venenos y sustancias perturbadoras que pasan al barro.

La tierra es el misterioso laboratorio del Planeta. Cuanto recibe lo transforma en nuevos elementos de vida orgánica.


Bibliografía: La Arcilla Curativa, Autor: Michel Abehsera. Editorial Edaf y Curso de Arcillas Terapéuticas de Catalina Ortuño.



“Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.- Julio Cortazar.






No hay comentarios:

Publicar un comentario