jueves, 17 de septiembre de 2020

Depurar en otoño

Siguiendo como referente a la naturaleza, y en concreto a los arboles, tenemos un buen ejemplo de que cada cierto tiempo es necesario soltar "tus hojas" para poder renovarte y volver a brotar luego con más energía. No es casualidad que los árboles pierdan el follaje precisamente en otoño, justo después de toda la energía que trae el verano. 



En verano es típico caer en excesos porque pasamos más tiempo fuera de casa y no podemos seguir nuestras rutinas habituales y/o porque parece que en vacaciones todo vale y nos relajamos con la comida. 

¿Qué pasa cuando tu hígado no funciona correctamente? Un hígado que no está sano puede obstruir el flujo de la bilis, resultando en una ineficiente eliminación de toxinas. También puede fallar la eliminación de bacterias, lo que lleva a un debilitamiento del sistema inmune. 

Pueden fallar asimismo la gestión y el aprovechamiento de nutrientes, así como la depuración de los medicamentos. En casos extremos en los que el hígado está altamente dañado, este puede desarrollar cicatrices llamadas cirrosis y en consecuencia funcionar precariamente o simplemente dejar de trabajar. 

El otoño es una buena oportunidad para ayudar a este órgano en sus funciones de depuración. Juntamente con la primavera, son las estaciones ideales para hacer un détox. 

Alimentación y hábitos 


Lo primero que tenemos que hacer es evitar todos aquellos alimentos que nos sobrecargan el hígado como las harinas refinadas, las carnes, los azúcares o los aceites refinados. El alcohol, el tabaco, los medicamentos y los tóxicos cosméticos también los deberíamos dejar de lado o estaremos limpiando por un lado y ensuciando por el otro. 

Llevar a cabo una alimentación consciente de entre 5-10 días, libre de picantes y estimulantes, baja en grasas, sin azúcares ni harinas refinadas y abundante en vegetales, sobre todo de hoja verde, junto con deliciosos caldos vegetales y sazones con hierbas y especias que contribuyan a la depuración y evitando la sal y aceites vegetales.  Convirtiendo las hortalizas y verduras la base de nuestra alimentación.

Este protocolo contribuirá a una renovación y descongestión del hígado, y en consecuencia una mayor eficiencia en su labor depurativa. 

Algunos alimentos y nutrientes interesantes para favorecer la salud hepática son: 

- Hojas verdes amargas crudas para hacer una ensalada al mediodía: escarola, endivia, rúcula, col lombarda y diente de león. 
- Alimentos ricos en glutatión (antioxidante): ajos, judías verdes, patatas, espinacas, brócoli, coliflor, calabaza, maíz ecológico o arroz integral. 
- Alimentos ricos en metionina (aminoácido desintoxicante): cereales integrales (trigo, cebada, avena y germen de trigo), legumbres o frutos secos y semillas (evitar si hay dificultades para digerir las grasas). 
- Frutos del bosque, granadas y uvas negras (con piel y masticando muy bien las pepitas). 
- Fermentados: chukrut, kimchi, kéfir y kombucha. 
- Clorela: ayuda a depurar metales pesados. 

Otras recomendaciones son cenar temprano, al menos dos horas antes de acostarnos, y hacer ejercicio físico suave como pilates, yoga, Chi Kung o estiramientos de torsión. 

Plantas depurativas hepáticas 


Hay muchas plantas conocidas como depurativas y recomendadas para la descongestión hepática: cardo mariano, boldo, alcachofera, rábano negro, desmodium, diente de león. Son de sabor amargo y estimulan la producción y/o segregación de bilis. 

Respecto al cardo mariano, a parte de su efecto estimulante y desintoxicante, tiene la particularidad que es capaz de regenerar el hígado. Además, alivia los desajustes digestivos de origen biliar, ayuda a eliminar metales pesados y mejora migrañas por congestión hepática. 

La mejor forma de tomar estas plantas es en comprimidos o en infusiones. 

Hay que tener en cuenta que durante los primeros días de una depuración se puede sufrir más dolor de cabeza o erupciones cutáneas. Es lo que se conoce como una “crisis curativa”. No es que el tratamiento no funcione, sino que se están movilizando tóxicos y se están eliminados por la piel, nuestro gran órgano emuntorio. 

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