Para cerrar la temporada veraniega, añadimos al recetario otra receta con quinoa. Utilizamos varios ingredientes, pero el que le da el color y sabor es la remolacha.
La remolacha es una raíz, rica en hidratos de carbono, ácido fólico, potasio y sustancias antioxidantes, lo que la convierte en una buena aliada, especialmente en personas con anemia ó personas convalecientes.
La remolacha es una planta perteneciente a la familia de las quenopodiáceas, de la cual las hojas y la raíz son comestibles. También es conocida como acelga blanca, ya que la acelga es una subespecie de la remolacha en la que se desarrolló para su consumo la hoja, no la raíz.
Existen numerosas variedades de la especie, pero las más importantes son la forrajera (se utiliza sobre todo en la alimentación animal) y la común o roja.
Se sabe que los romanos fueron una de las primeras civilizaciones que cultivaron remolacha para utilizar sus raíces como alimento; después se extendió a todo el norte de Europa, donde se utilizó al principio para la alimentación animal y posteriormente para el consumo humano, que se popularizó en el siglo XVI en la dieta de ingleses y alemanes.
La popularidad de la remolacha creció en el siglo XIX, cuando se descubrió que era una fuente concentrada de azúcar, y su cultivo se destinó a la producción de azúcar o alcohol. Hoy en día los principales productores comerciales de remolacha son Alemania, Francia, Estados Unidos, Rusia y Polonia.
La remolacha fresca destaca por su contenido en ácido fólico, potasio y sustancias antioxidantes como las betalaínas y compuestos fenólicos como el ácido ferúlico (el más abundante).
Se puede consumir cruda, en licuados y rallada en ensaladas, o hervida, en ensaladas, hummus, purés.
Ingredientes:
1 vaso de quinoa
1 remolacha rallada
1 zanahoria rallada
1 cebolla
aceite de oliva primera prensión en frío
1/2 taza de pasas
25 gr de algas hiziki
8 tomates secos
concentrado de manzana
mostaza
agua
salsa de soja soyu o tamari
Elaboración:
Lavamos bien y escurrimos la quinoa, añadimos 2 vasos de agua a una cazuela y la llevamos a ebullición sobre unos 20 minutos a fuego medio. La escurrimos y la dejamos enfriar.
Preparamos el alga hiziki La ponemos en remojo durante 1 hora como mínimo. Al hidratarse crece muchísimo, así que con una pequeña cantidad es suficiente. Escurrimos y desechamos el agua del remojo. La cocemos en una agua nueva durante 20 minutos, la escurrimos y tiramos el agua de cocción. Reservamos hasta que se haya enfriado.
A continuación ponemos a remojo las pasas e hidratamos en agua los tomates secos.
Mientras rallamos la remolacha y la zanahoria. Pasados 10 minutos escurrimos las pasas y los tomates secos, éstos últimos los fileteamos.
Troceamos la cebolla a cuadraditos y la salteamos 5 minutos en una sartén con un poco de aceite de oliva. No tiene que pocharse, tiene que quedar crujiente.
Y por último preparamos el aliño: ponemos en un tarro de cristal y cucharada sopera de concentrado de manzana, una de aceite de oliva, una de agua y una de salsa de soja soyu o tamari, una pizca de sal y mezclamos bien, a continuación añadimos al aliño una cucharada de café de mostaza (nosotras hemos gastado mostaza a la antigua). Cerramos el tarro y movemos bien para que se mezclen todos los ingredientes.
Montamos la ensalada, añadiendo a la quinoa el alga hiziki, la remolacha, la zanahoria, los tomates secos, las pasas y la cebolla salteada. Aliñamos con el preparado del tarro y listo para disfrutar, que aproveche!!!
"Cada uno da lo que tiene en el corazón y cada uno recibe con el corazón que tiene"- Oscar Wilde.
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