jueves, 12 de noviembre de 2015

Leche de almendras

Hoy en día, a pesar de que la leche de vaca es una de las más consumidas mundialmente, cada vez son más las personas que optan por el consumo de leches vegetales debido a sus propiedades y a las ventajas que éstas pueden aportar para la salud. 

El consumo de leche de vaca lleva asociados una serie de inconvenientes, tales como difícil digestión, mucosidades, intolerancia a la lactosa y problemas digestivos entre otros, que pueden ser fácilmente evitados substituyendo esta leche por las leches vegetales, no lácteas elaboradas a base de agua e ingredientes vegetales, éstas no contienen lactosa ni colesterol, la mayoría son de bajo contenido calórico, tienen un alto contenido en agua (hasta el 90%) y sus componentes son fáciles de asimilar y digerir. Además, contienen menos grasa que la leche de vaca. Su contenido en vitaminas del grupo B es notable, aunque no se encuentra vitamina B12 que se presenta casi exclusivamente en alimentos de origen animal. Tienen un considerable contenido en potasio, y la relación sodio/ potasio es muy buena.

Por todo ello, es una excelente alternativa no solo para las personas que eligen llevar una dieta sana y equilibrada y para quienes escogen seguir una dieta vegetariana, sino también para aquellos grupos de población que por circunstancias especiales no toleran alguno de los componentes presentes en las leches animales, como la lactosa o las proteínas de la leche de vaca, al igual que para personas con problemas de digestiones lentas, colon irritable, estreñimiento, diarreas…

Existen diferentes tipos de leches vegetales, dependiendo de su procedencia: 
- Las que provienen de los cereales, como el arroz, avena, espelta o cebada, las cuales se caracterizan por su alto contenido en fibra, vitaminas y minerales. 
- Las leches vegetales derivadas de los frutos secos como almendras, avellanes, sésamo o nueces. Estas son muy nutritivas y completas y son fuente de ácidos grasos de calidad y calcio. 
- Por último, las procedentes de las legumbres, como es el caso de la leche de soja.

La que más solemos hacer nosotras es la leche de almendras, es una de nuestras leches vegetales preferidas, es muy fácil de preparar y es más económica que las que venden en los supermercados. Es una buena opción nutricionalmente hablando. Es una leche indicada para disminuir los niveles de colesterol en sangre, usada en procesos postoperatorios por su elevado valor nutritivo, su fácil digestión y en aquellos cuadros de diarrea y vómitos ya que es un buen regulador del movimiento intestinal. Especialmente indicada para embarazadas, lactantes, para combatir enfermedades nerviosas, la debilidad o la anemia. Se recomienda en personas con problemas hepáticos, desnutrición, eccema infantil e incluso favorece el desarrollo de los niños por ser una de las pocas proteínas vegetales que contienen L-arginina (aminoácido esencial en los niños). Es beneficiosa para cerebro y músculo por su alto contenido en potasio (elemento imprescindible para el funcionamiento de estos tejidos) y constituye una medida importante en la prevención de la osteoporosis.

Tiene un alto contenido en proteínas (confiriendo sensación de saciedad) y fibra dietética soluble que, entre otras ventajas, permite aumentar el volumen de los excrementos y diluir así el ácido biliar, lípidos y esteroles, haciendo que disminuya el riesgo cancerígeno de éstos en el colon.

Es un alimento energético ideal para el frío. Favorece la subida de la leche materna, mejora problemas del sistema nervioso y es desinfectante a escala intestinal. El contenido de hierro y calcio es otra de las virtudes de esta deliciosa leche. El magnesio, fósforo y manganeso son otros de los minerales que aporta en cantidades nada despreciables. Es uno de los frutos secos con mayor aporte de vitamina E, cuya ingesta a menudo está por debajo de lo que sería recomendable y que ejerce un valioso papel antioxidante.

Podemos hacer leche de almendras sólo con almendras y agua, pero a nosotras nos gusta añadirle aceite de coco, una pizca de vainilla y azúcar de caña integral o dátiles, sobre todo si vamos a tomarla sola o si vamos a utilizarla para recetas dulces. Vamos a la receta.

Ingredientes:

150 gr de almendras 
1´5 litros de agua
1 cucharada de postre de aceite de coco
30 gr de azúcar de caña integral
Una pizca de vainilla

Elaboración:

Dejamos las almendras en remojo la noche anterior para que sea más fácil triturarlas y para que se activen, es decir, para que sean más fáciles de digerir y para que las vitaminas y minerales que hay en ellas se absorban con más facilidad. 
Ponemos las almendras en el vaso de batidora (hoy hemos utilizado un utensilio especial para hacer leches vegetales) y añadimos medio litro de agua. Batimos durante 15-20 minutos de forma intermitente. 
En paralelo, ponemos en un cazo al fuego el litro de agua restante y lo ponemos a calentar, le añadimos el aceite de coco, el azúcar y la vainilla. Cuando rompa a hervir, apagar y añadir al vaso de la batidora con las almendras. Volver a batir para integrar todos los ingredientes.
A continuación vertemos todo el contenido en una bolsa de hacer leche vegetal, gasa o colador de tela (no usamos un colador porque podrían pasar restos de almendra y queremos que nuestra leche sea totalmente líquida y sin tropezones), y con paciencia esperamos que todo el líquido pase por ella, escurrimos con las manos y tenemos lista nuestra leche de almendras. Deliciosa.
Los restos de almendras se pueden aprovechar de mil maneras, para repostería, para hacer harina de almendras o para preparar quesos crudiveganos. Tenemos pendiente hacer alguna receta para que podáis sacarles partido.

Os recomendamos que la consumáis en un máximo de 3 ó 4 días, ya que no lleva conservantes. Está deliciosa sola, con el café, con cacao, y de todas las formas posibles que os imaginéis. Si la tomáis cruda aprovecharéis mejor los nutrientes de las almendras pero también podéis calentarla sin miedo y utilizarla igual que la leche de vaca o que cualquier otra leche vegetal. Probadla, ¡vuestra salud os lo agradecerá!




"Debes amar de tal manera que la persona que amas se sienta libre".- Thich Nhat Hanh

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